Este es el mejor asiento en Mar Azul

¡Saludos, familia de Mar Azul!

Todos los días cuando llego al comedor de casa, veo la mesa que construimos Cristina y yo hace un par de años atrás cuando nos dio la fiebre de carpinteros.

No la compramos sino que el tope lo hicimos de una puerta que lijamos y unas patas viejas de la primera mesa que compramos cuando nos casamos. No es perfecta pero es, nuestra mesa. Tiene muchas historias para contar, conversaciones, risas, lágrimas, dos o tres discusiones y las huellas dactilares de todas las personas que se han sentado en ella.

A principios de este año, mientras oraba y buscaba dirección de Dios sobre qué enseñar este año en Mar Azul, Él hizo que mis ojos se posaran sobre esa mesa y me mostró cómo cada vez más, en medio de nuestro ajoro diario, hemos perdido la práctica de sentarnos a comer juntos en familia. Aprendí que actualmente sólo el 17% de las familias se sientan regularmente a comer juntas, y cuando lo hacen, el tiempo promedio que pasan sentados a la mesa es de apenas 12minutos.
La Mesa en las Escrituras

En Hechos 2:46-47 (NVI), vemos cómo los primeros seguidores de Jesús se reunían en el templo y partían el pan en sus hogares "con alegría y generosidad". La mesa era el lugar donde se encontraban no sólo para comer, sino para recordar a Jesús y compartir sus vidas. Esa práctica es la que deseamos revitalizar en Mar Azul, comenzando en nuestros hogares y extendiéndola a nuestras comunidades.
Por esa razón una de las series de enseñanza se llamó La Mesa.

Si no la has escuchado puedes hacerlo aquí.

Es en La Mesa donde podemos alimentar: nuestra unidad, nuestra identidad y nuestras relaciones.

Yo pensaba que con eso habíamos cumplido el deseo de Dios con el tema, pero hace un par de meses Dios me mostró algo más mientras oraba. En esta ocasión, orando por los últimos 4 meses del año llegó a mi mente una imagen donde pude ver lo que yo pensé que eran unas 300 mesas. Mesas llenas de discípulos y de personas que todavía no conocían a Jesús pero que sentados en esas mesas lo estaban conociendo. Vi mesas llenas de las buenas noticias de Jesús, mesas llenas de evangelio vivido.

Me llevé esa imagen y durante los próximos días le pregunté a Dios qué significaba esa imagen y poco apoco en conversación con otros líderes y ancianos fuimos entendiendo que Dios nos estaba invitando como iglesia a hacer algo diferente el día de acción de gracias, en lugar de servirnos a la mesa, nos invitó a servir a otros en la mesa.
Ahí nace “Sirve La Mesa”

Un acto de generosidad y servicio el Día de Acción de Gracias.

Mar Azul estará donando 300 pavos a aquellas familias que deseen abrir sus mesas para compartir un desayuno, almuerzo o cena con otros.

Lo primero que te invito a hacer es a orar y escuchar si Dios te está invitando a servir una mesa ese día. La idea general es que puedas invitar a tres grupos de personas:

  1. Tus amigos y familiares
  2. Tus vecinos
  3. Personas que pienses que quizás no tienen una mesa en la cual sentarse ese día.

Lo importante no es la comida en sí, sino el acto de invitar y compartir en generosidad siguiendo el ejemplo de Jesús. En las próximas semanas, compartiremos más detalles sobre cómo registrarte y cómo podrás recibir material adicional para guiarte en esta hermosa iniciativa, así que pendientes.
Pensando en La Mesa hay mucho ocurriendo en nuestras tres localidades:
Si eres reciente entre nosotros, La Mesa de Conexión acaba de comenzar.

Esta es una mesa que se lleva acabo durante la semana en la casa de diferentes líderes en todas nuestras localidades. Realmente te sientas con personas a comer y comienzas a experimentar la vida en comunidad con otras personas que acaban de comenzar su travesía en Mar Azul. Si deseas unirte a una Mesa de Conexión, comienza participando de Conéctate aquí los lunes a las 7:30PM.
También ahora en Octubre 5, las mujeres de nuestra comunidad estarán llevando a cabo Puentes, que como bien explica su nombre, busca crear relaciones saludables y de apoyo espiritual entre ellas. Es especial ver cómo cada Campus encuentra un espacio y una forma de llevarlo a cabo. Unas bajo el flamboyán, otras sentadas en el Morro y otras en un parque pero todas creando puentes.
Recientemente, en Juncos, celebramos la noche de comunidad más grande hasta la fecha.

Fue una de esas 'noches de sorullo', donde cada cual lleva lo suyo y hay de sobra.

Fue increíble ver cómo llegaron tantas personas para compartir juntos; qué hermosa es la generosidad de nuestra comunidad reflejada en platos llenos de carnes, arroces y postres. Aún más maravilloso fue ver a muchas de las nuevas personas asistir a nuestras experiencias de Domingo al día siguiente; realmente valió la pena todo el esfuerzo.

Aprovecho para animarte a participar en la próxima noche de comunidad en tu localidad. Es una hermosa oportunidad, no solo para compartir, sino para ser las manos de Jesús invitando a un amigo.

Estamos deseosos por terminar la construcción del estacionamiento en la localidad Metro y celebrarlo con una gran noche de comunidad.
Confieso que ahora que escribo esta carta me doy cuenta que realmente lo que hace nuestra iglesia algo tan refrescante y real es que nos hemos dado cuenta que lo mejor de nuestra iglesia no sucede los domingos sino durante la semana sentados a la mesa.

Te invito a que reflexiones sobre cómo Dios está llamando a ti y a tu familia a redescubrir el poder de La Mesa.

En amor, John
PD: Cada semana creamos guías de estudio de nuestros mensajes para que medites, converses y vivas en la semana lo que Dios nos enseña el domingo. Puedes ver todas las guías aquí­.

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