4 consejos para discipular a tus hijos

Tan pronto nuestros hijos llegan al mundo y los ponen en nuestras manos, lo primero que llega a nuestra mente es un imponente peso de responsabilidad.  De momento somos responsables de alimentarlos, vestirlos con gusto, de entretenerlos, de educarlos y enseñarles a ser personas de bien.  Es impresionante todo lo que Dios nos confía a nosotros.

En un mundo tan ajetreado, muchos padres hemos delegado responsabilidades como la educación a las escuelas y el entretenimiento a los iPads.  Pero para los que somos seguidores de Jesús, hay una responsabilidad que no podemos delegar: discipular a nuestros hijos.  En otras palabras, enseñarles quién es Dios y cómo vivir guiados por Él.
La Biblia es bien directa sobre la responsabilidad que tenemos de mostrarle a nuestros hijos quién es Dios.  Comenzando con Deutoronomio 6:4-9, vemos que el discipulado en el hogar es una las tareas principales que Dios asigna a los padres.  Incluso, en 2 Timoteo 3:15 Pablo asocia directamente la madurez espiritual de Timoteo (a pesar de su juventud) con el discipulado recibido en su casa desde su niñez.

Ahora bien, el discipular a nuestros hijos requiere mucho más que simplemente llevarlos a la iglesia los domingos; debe ser un proceso que ocurre en nuestro hogar el resto de la semana.  ¿Suena retante, verdad? Intimidante, diría yo.  Por eso es que quiero darte unos consejos para ayudarte a guiar a tus hijos en el conocimiento de Dios.  

1. Hazlo un estilo de vida, no una tarea

Si tratamos el discipular a nuestros hijos como tratamos el hacer ejercicios, no vamos a durar ni una semana.  El punto del discipulado no es darles una clase de escuela bíblica en la casa, sino enseñarles a reconocer a Dios (y confiar en él) en el día a día.

Haz el hábito de orar antes de salir de la casa en la mañana, antes de cenar juntos y antes de acostarse a dormir.  Lean, repitan y discutan un pasaje bíblico de camino a la escuela o escuchen un podcast.  Lean uno de miles libros bíblicos infantiles antes de dormir.  Si le vas a dar el ipad para entretenerlos... ponles los videos de Mar Azul Kids Clunhouse.  Usa sus intereses como el arte, la música o el deporte para enseñarles sobre Dios.

Dios quiere ser parte de cada aspecto de nuestras vidas, y nuestros hijos van a aprender que Dios se interesa por sus vidas en la medida que vean a Dios presente en ella. 

2. Abraza sus preguntas

Los niños son notorios por hacer preguntas curiosas y difíciles de contestar.  Como adultos, nuestra primera reacción ante preguntas complejas es regañar a nuestros niños y exigirles una fe ciega a lo que les decimos.  Pero seamos francos, ¿Cómo te ha funcionado a ti el que te exijan una fe ciega?  ¿Cómo le ha ayudado a tu relación con Dios, el creer por miedo a "ir al infierno"?

Lo bueno es que hay recursos que ya tienen respuestas para muchas de las preguntas que se hacen los niños.  Sólo basta hacer una búsqueda en Google para tener a la mano una respuesta educada.  De hecho, en Mar Azul, creamos una canal para atender alguna de las preguntas más comunes que se hacen los jóvenes.

También se vale decir "No sé".  Dios es inmenso.  No vamos a tener todas las respuestas sobre quién es Dios.  Es más, nosotros mismos estamos tratando de entender las cosas que Dios hace en nuestra vida.  Creo que hay mucho valor en invitar a nuestros hijos a buscar juntos respuestas a través de la oración y los recursos que hay disponible que usan la Biblia como referencia.

Otra cosa importante es que hay mucho valor en nuestras experiencias con Dios. Muchas veces, la mejor respuesta que le podemos dar a nuestros hijos es compartir de manera honesta lo que hemos aprendido en nuestro caminar con Dios.  Ahora bien... dicho esto...

3. Sé el ejemplo

Como padre nos conformamos con que nuestros hijos aprendan trivia bíblica, en lugar de ser discípulos.  ¿De qué vale que conozcan sobre David y Goliat, si no saben cómo enfrentar sus propios gigantes?  Una cosa es aprender historias bíblicas y salmos de memoria, pero otra cosa es aprender a vivirlas.  Para tus hijos, la diferencia entre conocer Biblia y conocer a Dios.... eres tú.  Y déjame decirte algo más... todo lo que tus hijos van a aprender sobre Dios, se lo estás enseñando tú... aunque no te des cuenta.

¿Cómo manejas tú tus propios gigantes?  ¿En oración o con violencia y engaño?

En tu hogar, ¿Dios es amor o es el cuco?  La respuesta a esa pregunta está en el trato que le das a tus hijos y a tu cónyuge.

¿Aceptas responsabilidad por tus acciones y empleas el arrepentimiento, o le echas la culpa a todo el mundo?

Todas estas cosas son evidencia de personas que viven lo que enseña la Palabra.  Si decimos que Dios tiene unas cualidades, pero en la intimidad de nuestro hogar, nuestros hijos no nos ven procurando aplicar dichas cualidades... les estamos enseñando que Dios no existe.

4. Déjate discipular

La gran responsabilidad que Dios nos ha dado con nuestros hijos requiere de mucha... ¿Disciplina?  Sí, y también mucha humildad.

Nosotros también necesitamos ser discipulados y crecer más en nuestro conocimiento de Dios.  No sólo eso, sino que muchas veces necesitamos ayuda para poder aplicar el poder del evangelio a las distintas áreas de nuestra vida.

La verdad es que discipular a nuestros hijos es cuesta arriba cuando nosotros mismos no sabemos lo que es ser discipulado.  Por eso es que es bueno desarrollar hábitos de lectura, crear comunidad y acercarnos a mentores para aprender de la experiencia de otras personas.  

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