Entre el Viejo y El Joven construimos 300 puentes.

Hay un tipo de agradecimiento que es fácil: el que mira hacia atrás, recuerda, sonríe y dice como en el Salmo 103: “No olvides ninguno de sus beneficios.” También existe el agradecimiento que mira hacia adelante, espera, sueña, y dice: “Si Dios lo hizo antes, Dios lo puede volver a hacer.”

Pero hoy quiero hablarte del agradecimiento más difícil: el agradecimiento cuando estás en El Medio. Ese lugar donde la obra de Dios ha comenzado… pero no ha terminado. Ese espacio extraño entre lo que esperabas y lo que estás viviendo. Ese momento donde estás entre “El Viejo y El Joven”.

Déjame explicarte…

El sábado corrí la carrera más importante del año para mí: La Carrera del Pavo de mi urbanización. Llevo cinco años tratando de ganarla y cinco años quedando segundo. Y por cuatro años, quien me ha ganado ha sido un vecino que de cariño le llamamos “El Viejo”

El año pasado no pude correrla. Ese año la corrió Rei Cintrón… y la ganó. Rei en su primer intento le ganó a El Viejo. Rei debe estar muy agradecido…

Pero este año yo venía como nunca: vestido como nunca, fuerte como nunca, listo para el pavo, para la gloria de los vecinos, para que mi suegra este año cocinara “Pavo Ganao’ que no sabe igual a “Pavo Comprao”

Yo estava seguro, hasta que vi a un nuevo vecino. Vestido como yo. Quince años menor que yo. Sonrisa de atleta. Respiración de atleta. Piernas de atleta.

Le pregunté si iba a correr. Me dijo: “Sí, me encanta… mi coach me está preparando para un maratón.” En ese momento entendí que el pavo estaba en peligro.

Sorpresivamente ¡El Viejo” no llegó! La carrera comenzó… y mi nuevo vecino arrancó como si fuese una carrera de 100 metros, no de una milla. Yo lo seguí lo más cerca posible, pero me sacó como ocho segundos. Al llegar a la última curva, mi hermano Joel estaba dirigiendo el tránsito. Sentí la presión. Le dije jadeando: “Si no es El Viejo… es El Joven.”

Él se río, me animó, y corrí lo más que pude, pero el nuevo campeón llegó como 8 o 10 segundos antes. Y por sexto año consecutivo… quedé segundo.

Pero algo pasó: corrí mi tiempo más rápido de todos los pasados 6 años — 6:20 la milla. El Viejo, en su mejor año, hizo 7:13 eso me dice que corrí muy bien y  aunque no gané la carrera, sí gané algo: Gratitud en El Medio.

Aunque debo decir que solo fuimos seis corredores en total como bono, me llevé el pavo de mi categoría (44+) ¡Segundo de seis! Hermosa estadística.

Pero aquí está el punto antes de que se me olvide: Es fácil agradecer mirando el pasado. Es fácil agradecer hablando del futuro. Pero lo difícil es agradecer cuando estás en El Medio. Entre el Viejo y el Joven. Entre lo que esperas y lo que está ocurriendo.

Esta semana visité a varios enfermos en salas de Emergencias. Ahí… donde no para el sonido, donde el dolor es literal, donde todo es incertidumbre.

Ese es El Medio.

Ese lugar donde la Escritura dice:

No porque todo está bien.  Sino porque Él es bueno, incluso cuando tú no estás bien. No gané la carrera…pero no he perdido la carrera. No está todo sano… pero Dios está sanando. No veo todo lo que quiero… pero Dios está trabajando. Si tú también estás en El Medio… recuerda esto: Su bondad no cambia. Su carácter no cambia. Su amor no cambia.

Después de la carrera llegué con mi mamá a la Conferencia de Puentes.
Me senté a su lado como un hijo que acompaña a su madre… y fue especial verla allí, sentada, por primera vez desde su operación.

Y desde que llegamos sentí que Dios estaba hablándole directamente. La palabra que Dios le dio a Cristy Mueller y a Jessica Coreano fue un bálsamo para ella, para mí, y para las más de 300 mujeres que llegaron. La adoración, dirigida por Cristina y Mar Azul Worship, creó un ambiente donde la Presencia Sanadora de Dios se movió de manera hermosa. Dios está haciendo algo entre las mujeres de nuestra iglesia. Algo profundo. Algo real.

El domingo busqué a Danel en el aeropuerto a las 2:00 AM.  Cristina y Sophia vinieron conmigo porque lo extrañaban demasiado. Y fue una alegría tenerlo otra vez con nosotros. De allí fui a Mar Azul Oeste para compartir el mensaje. Allí vi algo que me detuvo: una placa de reconocimiento por parte de Operation Christmas Child por las más de 9,737 cajas que nuestra iglesia ha ayudado a recibir, almacenar y enviar en cinco años. ¡9,737 invitaciones de parte de Jesús a niños donde estas pequeñas cajitas para ellos son los regalos más valisosos de su Navidad!

Ese domingo, al salir del campus todavía a las 5 PM, vi a Astrid, Mary, Gerry y otros voluntarios cargando guaguas y guaguas llenas de cajas. Ellos estaban siendo manos y pies de Jesús para miles de niños. Celebremos esto:  En cada esquina de Mar Azul… Dios está haciendo algo. Algo que muchas veces no vemos… pero Él no deja de obrar.

Durante la semana tuve el privilegio de asistir a la premier de la serie puertorriqueña “Restart” (disponible en restartserie.com), una producción de valores familiares y fundamentos de fe creada en Puerto Rico.

Me llena de orgullo compartir que Yadiel uno de nuestros jóvenes de La Janga es uno de los actores principales en esta bonita iniciativa. Te invito a que la observes, la compartas, y permitas que su mensaje llegue a tu familia y amigos.

La semana pasada comenzamos la iniciativa La Milla Extra (ver carta anterior). Y este domingo muchas personas decidieron dar esa milla extra en su generosidad. Gracias por eso.

Y durante esta temporada recibimos por fin algunas de las camisas del 5K que se habían perdido en transito — las small y medium — y desde el domingo estarán disponibles en todos nuestros campus. Considéralas como regalos con propósito: cada camisa construye nuestra cancha.

En la carta pasada dije que correría el 5K de Sion la semana pasada…pero me equivoqué.
La fecha correcta es este domingo. Mi soga está llena con 12 amarrados. Oren para que Dios hable como Él quiera, a través de lo que está soga significa para las personas que la ven.

Y lo bueno de que la carrera de Sion sea este domingo es que me dará el espacio para algo importante: agendar mi cita con Héctor Clemente. Siempre les digo que, si no han experimentado un masaje restaurador con él… no sabrán de lo que se están perdiendo. Héctor tiene ese don de despertar músculos que uno cree dormidos y dejarte listo para correr - o para vivir - con nuevas fuerzas.

Si quieres probarlo, podrás encontrarlo en Instagram o comunicarte con él al (787) 513-6665 para masaje a domicilio o al (939) 231-4686 para masaje en cabina. Te aseguro que tu cuerpo  y tu alma te lo agradecerán.

Ademas, ese mismo día de la carrera tendré el honor de leer una de las oraciones del libro Deseo que cada oración alcance su propósito.

Si hoy estás en El Medio…entre El Viejo y El Joven, entre lo que fue y lo que será, entre la promesa y el cumplimiento…

Recuerda: Dios es bueno. Dios está obrando. Y Dios no ha terminado contigo.

Con amor y con gratitud — incluso en El Medio,
Pastor John