Las Febes, los Epafroditos, lo que pasó el viernes 31 y la gracia que nos sostiene.

Después de una cirugía mayor y varias semanas en el hospital, mami finalmente está recuperándose en su casa, dando pequeños pasos y ganando pequeñas victorias cada día. Cada paso, cada respiración, cada una de sus ocurrencias como la de ayer “ponerse a pitar (silvar) para que Cristina y yo viéramos que estaba mejorando… se siente como un milagro.

A nombre de toda nuestra familia queremos agradecer de corazón a todos los que han estado cerca: los que han orado, los que han enviado mensajes, los que se han detenido a preguntar, y los que, con generosidad de tiempo, recursos y amor, nos han ayudado a llevar la carga.

Cada día amo más a mis Febes, ¡ellas saben quienes son!

● Mujeres que no buscan ser vistas, pero siempre están presentes.
● Las que preparan el terreno para los milagros, sostienen ministerios con su constancia y su ternura práctica.
● Las que sirven al cuerpo de Cristo con corazón de madre, manos de sierva y visión de discípula.

Estoy convencido que El Reino de Dios se sostiene, muchas veces, sobre los hombros de esas mujeres invisibles que aman sin pausa.

También cada día amo a mis Epafroditos que aunque el nombre no suena bonito probablemente sea el ejemplo más claro del equivalente masculino a una Febe.
Pablo lo llama “mi hermano, colaborador y compañero de lucha”, y dice que estuvo al borde de la muerte por servir y suplir lo que la iglesia no podía hacer por él. ¡Ustedes saben quienes son!

Estos días he comprobado que solo una comunidad amorosa puede sostenerte en temporadas así. No puedo imaginar cómo enfrentan estos procesos quienes no tienen una familia de fe alrededor. Porque en muchas ocasiones es tan fuerte que la familia cercana por más fuerza que tenga se queda corta. En medio de todo, he ganado un nuevo respeto —y una claridad mucho mayor— por los cuidadores.

La semana pasada estuve hablando con Daniel Irizarry, quien lleva varios meses viviendo el proceso de convertirse en cuidador de su papá. En medio de la conversación me miró y me preguntó algo que se me quedó grabado: “John, ¿en el cielo hay recompensa por esto?” Me quedé pensando, porque detrás de esa pregunta hay algo mucho más profundo: el deseo de saber si Dios realmente ve este sacrificio, si le importa, si lo estamos haciendo bien. Creo que todo cuidador, en algún momento, se hace esa misma pregunta en silencio. Y aunque no siempre tenemos una respuesta inmediata, en lo más íntimo de la fe descubrimos que sí —que Dios ve, que le importa, y que Su recompensa muchas veces llega en forma de fuerza para otro día, de consuelo inesperado, o de la certeza de que el sacrificio que hacemos no pasa desapercibido ante Sus ojos. Pensando en todo esto puedo decirles que esto fue lo que Jesús me invito a aprender esta pasada semana…

Como saben, en julio comencé a correr más intencionalmente preparándome para nuestro 5K pero aún más que correr, comencé a orar más intencionalmente. Les he compartido en algunas predicaciones que los últimos meses el libro “Lead with Prayer”  capturo mi vida devocional y ha causado una revolución en mi disciplina de oración.

Por eso nacieron estas oraciones y poemas. Algunas se escribieron después de correr amarrado a la cuerda azul del 5K y me atrevo a decir que en ellas no hay mucha teoría, pero si mucho camino.

Realmente no quiero hacer ver el libro más complejo de lo que es. Con el libro no busco enseñarte algo sobre la oración, sino acompañarte en tu propia carrera (disciplina) de oración. Deseo que algunas de estas oraciones te ayuden a “perseverar”, como dice Hebreos 12, a correr con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

Aquí algunos de los titulos de las 168 oraciones que forman parte del libro:

El viernes 31 de octubre nuestros tres campus vivieron expresiones distintas de un mismo corazón:

Campus Este – Worship Night

Cientos de adultos y jóvenes, se presentaron para cantar, agradecer y adorar a Dios a través de la música. Fue una noche donde experimentamos su gracia llenando nuestras vidas.

80 jóvenes se reunieron para brillar en la oscuridad —literal y espiritualmente. Ellos mismos lideraron un poderoso tiempo de adoración que culminó con un drama sobre el Reino de la Luz venciendo las tinieblas.

Nuestros jóvenes transformaron una noche de entretenimiento en una oportunidad para compartir el Evangelio. Invitaron a muchos compañeros de la academia que aún no conocen a Jesús, y escucharon juntos la historia del Cristo que venció la muerte.

Todo esto reflejando uno de nuestros valores fundamentales:

Sé que cada uno de ustedes tiene preferencias, yo también las tengo. Algunos se identifican más con la adoración, otros con la creatividad o la evangelización. Pero lo que hemos visto esta semana es la multiforme gracia de Dios (1 Pedro 4:10) manifestándose entre nosotros: la diversidad de dones, estilos y expresiones que Él usa para alcanzar a todos. Les invito a celebrar esa variedad, a mantenernos unidos en propósito y a reconocer que Dios está obrando en cada rincón de nuestra comunidad.

Finalmente, quiero invitarte a la Conferencia Anual de Puentes, el sábado 22 de noviembre a las 6 PM en el Campus Metro. Todas las mujeres de Mar Azul se reunirán para vivir una noche llena de fe, gozo y unidad. Esta es la única vez en el año que reunimos a las mujeres de todos nuestros campus bajo un mismo techo. Habrá invitadas especiales, testimonios inspiradores y un ambiente único diseñado para celebrar la gracia de Dios entre nosotras.

Los espacios son limitados, puedes registrarte aquí:

Con gratitud y esperanza,
Pastor John
“Salimos juntos, llegamos juntos.”