Querida familia de Mar Azul:
Llevo un par de años enseñando que la mejor forma de crecer como aprendiz de Jesús es
“viviendo en mesas”. Como disco rayado insisto en que debes sentarte a comer con tu familia inmediata regularmente y que debes ser intencional comiendo con tus amigos, tus hermanos en la fé y con aquellos que no conocen a Jesús como tu lo conoces. Si te fijas, son al menos 4 mesas distintas y necesarias en tu vida. Por esa razón me emociona que el sábado 16 de agosto en todos nuestros campus celebraremos nuestra Noche de Comunidad alrededor del tema “Cuéntanos Tu Historia” nos sentaremos para comer, reír y escuchar las historias de transformación y esperanza que Jesús está escribiendo entre nosotros.
“viviendo en mesas”. Como disco rayado insisto en que debes sentarte a comer con tu familia inmediata regularmente y que debes ser intencional comiendo con tus amigos, tus hermanos en la fé y con aquellos que no conocen a Jesús como tu lo conoces. Si te fijas, son al menos 4 mesas distintas y necesarias en tu vida. Por esa razón me emociona que el sábado 16 de agosto en todos nuestros campus celebraremos nuestra Noche de Comunidad alrededor del tema “Cuéntanos Tu Historia” nos sentaremos para comer, reír y escuchar las historias de transformación y esperanza que Jesús está escribiendo entre nosotros.

Bueno ya lo sabes, amo las mesas así que no debe sorprenderte que comience esta carta
hablando de algo que viví sentado en una mesa en Bayamón mientras disfrutaba un rico plato vegano.
Allí me senté a conversar con mi amigo José Ahmed, pastor de la iglesia Catedral de La Esperanza en Carolina. Tenía muchas ganas de compartir con él, más aún cuando lo que ha estado latiendo fuerte en mi corazón fue la oración de Jesús por nosotros registrada en Juan 17.
hablando de algo que viví sentado en una mesa en Bayamón mientras disfrutaba un rico plato vegano.
Allí me senté a conversar con mi amigo José Ahmed, pastor de la iglesia Catedral de La Esperanza en Carolina. Tenía muchas ganas de compartir con él, más aún cuando lo que ha estado latiendo fuerte en mi corazón fue la oración de Jesús por nosotros registrada en Juan 17.
No ruego sólo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el
mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:20-21
mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:20-21
Esa oración revela el latido del corazón de Jesús antes de la cruz: unidad. Unidad no sólo
como concepto espiritual, sino como una realidad visible, vivida, encarnada entre nosotros.
Estábamos hablando del reto de correr el 5K amarrado con otros pastores cuando con toda honestidad, José me confesó que cuando le presenté la idea por primera vez, su respuesta fue clara, rotunda y breve:
como concepto espiritual, sino como una realidad visible, vivida, encarnada entre nosotros.
Estábamos hablando del reto de correr el 5K amarrado con otros pastores cuando con toda honestidad, José me confesó que cuando le presenté la idea por primera vez, su respuesta fue clara, rotunda y breve:
“Yo odio correr.”
Pero aquí viene lo gracioso (y providencial):
A pesar de su contundente “no”, yo lo anoté en la lista oficial como uno de los pastores
que aceptaron el reto.
Y él, confundido, llamó a un amigo que estaba presente para confirmar si había escuchado lo mismo…
El amigo confirmó: “Sí, tú dijiste que odiabas correr.”
Y sin embargo, ahí estaba su nombre. En la lista. Como si hubiera dicho que sí.
José no podía entender cómo yo había interpretado ese “no” tan claro como un compromiso.
Y yo… no podía parar de reírme en la mesa.
Porque para mí, lo que dijo no peso tanto como lo que conozco de su corazón.
Sabía que aunque odiaba correr, lo haría.
No porque le gusta correr, sino porque le importa lo que estamos intentando hacer.
Y, en efecto, cuando José vio su nombre en la lista, pensó para sí:
A pesar de su contundente “no”, yo lo anoté en la lista oficial como uno de los pastores
que aceptaron el reto.
Y él, confundido, llamó a un amigo que estaba presente para confirmar si había escuchado lo mismo…
El amigo confirmó: “Sí, tú dijiste que odiabas correr.”
Y sin embargo, ahí estaba su nombre. En la lista. Como si hubiera dicho que sí.
José no podía entender cómo yo había interpretado ese “no” tan claro como un compromiso.
Y yo… no podía parar de reírme en la mesa.
Porque para mí, lo que dijo no peso tanto como lo que conozco de su corazón.
Sabía que aunque odiaba correr, lo haría.
No porque le gusta correr, sino porque le importa lo que estamos intentando hacer.
Y, en efecto, cuando José vio su nombre en la lista, pensó para sí:
“Pues si estoy ahí… lo haré.”
Y lo va a correr (o caminar) amarrado, junto a nosotros. Que mensaje tan real
sobre la unidad.
Y lo va a correr (o caminar) amarrado, junto a nosotros. Que mensaje tan real
sobre la unidad.
Propósito (pero bien entendido)
En esa misma conversación, hablábamos de cómo
“Es muy diferente decir: ‘Dios, yo quiero tu propósito para mi vida’,
a decir: ‘Dios, yo quiero mi vida para tu propósito.’”
Y eso me detuvo.
Porque esas dos oraciones suenan parecidas…
Pero son teológicamente opuestas.
¿Cuál es la diferencia?
La primera oración — “Quiero tu propósito para mi vida” — sigue poniéndome a mí en el
centro.
Es como decir: “Señor, úsame… pero dentro de los límites que yo te permita.”
Es una petición que, aunque sincera, todavía gira alrededor de mis planes, mis
preferencias, mis horarios.
Pero la segunda oración — “Quiero mi vida para tu propósito” — cambia por completo el
enfoque.
Es rendición.
Es entrega.
Es morir al yo.
Es declarar: “Mi vida no se trata de mí. Se trata de ti.”
Es el tipo de oración que un discípulo hace cuando entiende que no fue llamado a vivir para sí, sino para Aquel que lo llamó.
Es la oración que hace que el odio por correr se rinda ante el amor por el prójimo.
Es la oración que convierte un “no quiero” en un “cuenta conmigo.”
“Es muy diferente decir: ‘Dios, yo quiero tu propósito para mi vida’,
a decir: ‘Dios, yo quiero mi vida para tu propósito.’”
Y eso me detuvo.
Porque esas dos oraciones suenan parecidas…
Pero son teológicamente opuestas.
¿Cuál es la diferencia?
La primera oración — “Quiero tu propósito para mi vida” — sigue poniéndome a mí en el
centro.
Es como decir: “Señor, úsame… pero dentro de los límites que yo te permita.”
Es una petición que, aunque sincera, todavía gira alrededor de mis planes, mis
preferencias, mis horarios.
Pero la segunda oración — “Quiero mi vida para tu propósito” — cambia por completo el
enfoque.
Es rendición.
Es entrega.
Es morir al yo.
Es declarar: “Mi vida no se trata de mí. Se trata de ti.”
Es el tipo de oración que un discípulo hace cuando entiende que no fue llamado a vivir para sí, sino para Aquel que lo llamó.
Es la oración que hace que el odio por correr se rinda ante el amor por el prójimo.
Es la oración que convierte un “no quiero” en un “cuenta conmigo.”
Una generación despierta
En cada uno de nuestros campus, estamos viendo algo poderoso en nuestros jóvenes. Se han levantado con un deseo genuino de compartir el evangelio con otros jóvenes.
Los ves adorando con pasión, sirviendo con alegría, y caminando contra cultura en dirección a una vida con propósito. Están descubriendo quiénes son en Jesús.
Y esto apenas comienza.
Los ves adorando con pasión, sirviendo con alegría, y caminando contra cultura en dirección a una vida con propósito. Están descubriendo quiénes son en Jesús.
Y esto apenas comienza.



En septiembre, si Dios lo permite y algunas cosas caen en su lugar estamos preparando una serie de salidas estratégicas para llevar el evangelio a miles de jóvenes en Puerto Rico. No será un evento aislado, sino una movilización creativa y estratégica en conexión con otras iglesias y al lanzamiento del nuevo álbum musical de Gabriel EMC. Estaremos haciendo evangelismos deportivos, monólogos, arte urbano y bailes bien montados, diseñados para conectar, provocar y anunciar la esperanza de Jesús en su lenguaje.
Porque esta generación no solo quiere seguir a Cristo… quiere darlo a conocer.
La semana que viene les hablaré del “Milagro en La Academia” para continuar celebrando la aportación de nuestra iglesia en la próxima generación.
Porque esta generación no solo quiere seguir a Cristo… quiere darlo a conocer.
La semana que viene les hablaré del “Milagro en La Academia” para continuar celebrando la aportación de nuestra iglesia en la próxima generación.
¿Nunca has corrido un 5K? ¡Aquí va tu plan en 5 pasos!
Si no lo has hecho todavía, inscríbete para que puedas asegurar tu espacio y para ayudarnos a planificar con tiempo.
1. Empieza caminando (Semana 1–2):
Sal 3–4 veces por semana a caminar 20–30 minutos a paso moderado. Tu meta no es velocidad, es consistencia.
2. Agrega intervalos (Semana 3–5):
Camina 3 min, trota 1 min. Repite por 20–30 minutos. Aumenta poco a poco el tiempo de trote y reduce el de caminata.
3. Aumenta la resistencia (Semana 6–8):
Trota más seguido. Trata de correr 1.5 km sin parar, luego 2 km. El cuerpo se adapta más rápido de lo que crees.
4. Haz una práctica larga (Semana 9–10):
Haz una caminata o trote largo por semana (de 3 a 4 km). No importa el ritmo, solo que llegues.
5. Corre/camina los 5K (Semana 11):
En la última semana, descansa el día antes. Llega con alegría y propósito. Recuerda: tu meta no es ganar, es llegar.
Sal 3–4 veces por semana a caminar 20–30 minutos a paso moderado. Tu meta no es velocidad, es consistencia.
2. Agrega intervalos (Semana 3–5):
Camina 3 min, trota 1 min. Repite por 20–30 minutos. Aumenta poco a poco el tiempo de trote y reduce el de caminata.
3. Aumenta la resistencia (Semana 6–8):
Trota más seguido. Trata de correr 1.5 km sin parar, luego 2 km. El cuerpo se adapta más rápido de lo que crees.
4. Haz una práctica larga (Semana 9–10):
Haz una caminata o trote largo por semana (de 3 a 4 km). No importa el ritmo, solo que llegues.
5. Corre/camina los 5K (Semana 11):
En la última semana, descansa el día antes. Llega con alegría y propósito. Recuerda: tu meta no es ganar, es llegar.
Tips Extras:
● Hazlo acompañado. Entrenar con otros te motiva.
● Escucha tu cuerpo. Descansa cuando lo necesites.
● No te compares. Cada paso cuenta. Literal.
● Escucha tu cuerpo. Descansa cuando lo necesites.
● No te compares. Cada paso cuenta. Literal.
¡Con 80 días, sí se puede! Y si vas con propósito… cada paso tiene aún más valor. Estamos agradecidos con nuestro auspiciador principal: tuplantapr.com una empresa 100 % puertorriqueña dedicada a ofrecer soluciones energéticas integrales a hogares y negocios en toda la isla.
También a maratonespr.com y JO Promotions quienes con su colaboración están corriendo a nuestro lado.
En amor y unidad
Pastor John
En amor y unidad
Pastor John
Recent
Una Mesa, Un No, y Un Sí Inesperado
July 29th, 2025
Me enviaron un texto y nuestros jóvenes no son el futuro… son el presente.
July 23rd, 2025
3 Fogatas, Los Dos Martínez, 4000 propósitos y la “Residencia” en Mar Azul
July 16th, 2025
5K + Propósito = Diversión Garantizada
July 8th, 2025
Nueva serie + invitados especiales + 5K ¡Todo lo que viene
July 2nd, 2025
Archive
2025
January
February
March
April
Un caballo, 40 bautismos, el arca y dos nuevos horarios… ¡solo en Mar Azul Y todo esto en una sola carta ?El primer hueco en 15 añosEsta semana, los altares no estaban hechos de piedra... estaban hechos de papel.5,000 personas servidas, zapatillas listas, y el cemento ya secoLes escribo desde el futuro.
May
June
2024
September
October
November
2023
2022
July
September
Categories
no categories